El chimpancé Jeber fue castrado y le arrancaron todos los dientes en el circo en el que vivía. En el Santuario de Grandes Simios de Sorocaba, fue adaptándose y disfruta de las actividades de enriquecimiento ambiental. Vea más!
Como no tiene dientes, Jeber desarrolló una manera inusual de hacer algunas cosas. Por ejemplo, abre el coco golpeándolo contra alguna superficie o usando el pie. Para comer el coco y también la zanahoria, utiliza los dedos para sacar pedazos, ya que no puede morder.
En el video se muestran algunos momentos de Jeber demostrando sus habilidades y reaccionando a los estímulos del enriquecimiento ambiental (como desenterrar juguetes de una caja con arena).
UN POCO DE SU HISTORIA
Jeber tiene 35 años y llegó al santuario en 2008 junto con su compañero Tyson. La transferencia ocurrió cuando el Ibama confiscó a todos los animales del Circo Le Cirque, en Brasilia.
En ese momento, Jeber y Tyson vivían en un remolque precario y diminuto, entre excrementos y restos de comida. Cuando fue rescatado, tenía una cadena pesada en el cuello que le dejó cicatrices.
Por todos estos traumas, es un poco desconfiado y traicionero con las personas. Pero con el paso de los años, se fue calmando y mostrando como un chimpancé sociable y juguetón, totalmente adaptado a la vida en el santuario.