El Proyecto Gran Simio denuncia con profunda indignación y firmeza la decisión del zoológico Tiergarten de Núremberg, en el sur de Alemania, de sacrificar a 12 babuinos de Guinea en perfecto estado de salud por una supuesta “superpoblación”. Este acto de crueldad institucionalizada pone al descubierto la falta de ética, transparencia y responsabilidad que rige en muchos zoológicos europeos, amparados por organismos como la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA).
“Este crimen contra la vida no puede quedar impune. No es admisible que por meras razones de comodidad o falta de espacio, se asesine a seres vivos que han sido condenados a vivir en recintos cerrados por el propio sistema. Los zoológicos deben dejar de ser cárceles disfrazadas de conservación. Lo sucedido en Núremberg es una advertencia brutal: los zoológicos no están preparados para gestionar ni éticamente ni científicamente la vida que dicen proteger”, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio.
Los responsables del zoo alegan que los babuinos fueron sacrificados como “último recurso”, ante la imposibilidad de reubicarlos y la ineficacia de los métodos anticonceptivos. Sin embargo, desde Proyecto Gran Simio se sostiene que estas justificaciones son inadmisibles, y evidencian que la reproducción en cautividad solo sirve para incrementar colecciones y no responde a ningún criterio real de conservación.
“Exigimos de inmediato la expulsión del zoo de Núremberg de la EAZA, por violar cualquier principio ético en la gestión de especies. Además, reclamamos la elaboración urgente de un Reglamento específico para la Ley de Zoológicos en España del 31/2003 de 27 de octubre de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos, ya que la normativa actual está desfasada, es débil, con artículos vagos y sin capacidad de intervención efectiva. No podemos seguir permitiendo que actos de este tipo se puedan repetir bajo el paraguas de supuestas prácticas aceptadas”, ha afirmado Pozas.
Este caso no es un hecho aislado. En los últimos años se han documentado numerosos asesinatos de animales en recintos zoológicos europeos, entre ellos:
Todo esto evidencia que los zoológicos no son centros de conservación, sino vitrinas de exhibición, donde la vida es descartable y se manipula con absoluta impunidad.
“Es urgente establecer una moratoria internacional sobre la reproducción en cautividad, especialmente para especies que los zoológicos alegan estar ‘conservando’. No existe un aval científico independiente que respalde la necesidad de mantener programas reproductivos de especies en peligro de extinción en condiciones de encierro. Solo hay intereses de mercado, intercambios entre zoos y aumento de colecciones para entretenimiento humano”, ha señalado Pedro Pozas.
Proyecto Gran Simio defiende la progresiva clausura de los zoológicos tradicionales y su transformación en centros de rescate y recuperación. La educación y la conservación real deben apoyarse en hábitats naturales, santuarios éticos y tecnologías como la realidad virtual, que permiten un contacto respetuoso y educativo con las especies, sin su sufrimiento.
La organización también recuerda que muchos zoológicos no cumplen adecuadamente con los estándares mínimos de bienestar animal. La cautividad genera trastornos psicológicos, estereotipias, aislamiento y sufrimiento. Los zoológicos no son ni han sido jamás lugares de respeto hacia los seres vivos.
“Necesitamos ya una Ley de Grandes Simios en España y a nivel internacional. Una ley que reconozca sus derechos fundamentales y ponga fin al encierro injustificado. Lo que ha ocurrido con los babuinos es otro ejemplo de por qué urge un cambio radical en la relación de los humanos con los demás seres sintientes”, ha enfatizado Pozas.
Proyecto Gran Simio hace un llamamiento urgente a las autoridades europeas, españolas e internacionales para que no permanezcan impasibles ante este atropello moral y ético. Es hora de legislar con valentía y romper con las prácticas arcaicas que siguen sometiendo a millones de animales en el mundo.
“Si no actuamos ahora, puede repetirse esta matanza por conveniencia. No es conservación. Y ante eso, nuestra única respuesta es la denuncia, la acción y la exigencia de justicia”, ha concluido Pedro Pozas Terrados.