Por Animalados
Pedro Pozas es el director en España del Proyecto Gran Simio, al que lleva vinculado más de 25 años. El Tribunal Supremo se ha pronunciado a favor de la entidad animalista y en contra de la demanda que le interpuso el Zoo de Madrid en diversas instancias. Un proceso iniciado hace cinco años y que ha llegado a su fin. Afortunadamente, podemos escuchar, de nuevo en Animalados, el testimonio de sus protagonistas. Además, Pozas repasa en esta entrevista la situación del proyecto de Ley para los Grandes Simios, un compromiso ratificado por las dos cámaras que debe materializarse.
¿Por qué denunció el Zoo de Madrid a Proyecto Gran Simio?
Tras haber realizado una denuncia por parte nuestra con Certificado de veterinario sobre la situación de los delfines que estaban siendo utilizados en espectáculos circenses y se encontraban con heridas, la Comunidad de Madrid hizo una inspección y al no ver qué había ningún maltrato según ellos, el zoo procedió a demandarnos contra el honor, al haberlo hecho público en un comunicado de prensa que salió en todos los medios de comunicación.
¿Qué ocurrió en primera instancia?
Que fue desestimado, la jueza nos dio la razón y ganamos.
¿Y luego?
Recurrieron a la Audiencia Nacional y también fue desestimado. Lo recurrieron de nuevo y nuevamente el Tribunal Supremo se ha ratificado en las anteriores sentencias. Ha sido una gran victoria que nuevamente Proyecto Gran Simio sea referencia en la lucha por la defensa de la vida. Ya lo hemos hecho con la orangutana Sandra y la chimpancé Cecilia que en Argentina fueron declaradas personas no humanas y a raíz de esas sentencias se ha extendido a otros seres vivos. En 2014, cuando estuve en Argentina, realicé numerosas charlas pidiendo que se presentaran Habeas Corpus para los grandes simios. Y así se hizo. Sentencias que han dado la vuelta al mundo y son referencia internacional.
¿Qué intención creen que alberga este proceso?
Es una práctica que se denomina “demandas estratégicas contra la participación pública”. Es decir, acciones judiciales sin fundamento o exageradas interpuestas por personas poderosas, grupos de presión, empresas y órganos estatales, con la intención de intimidar, silenciar y disuadir las voces críticas que denuncian abiertamente cuestiones de interés público, agotando así sus recursos. Gracias a nuestros socios, hemos podido afrontar la demanda económicamente que ahora tendrá que devolver el zoo. Son tácticas vejatorias dirigidas sobre todo contra la sociedad civil.
¿Están contentos con la sentencia?
Sí, creo que es una sentencia que sienta jurisprudencia y que hace perder el miedo a las pequeñas asociaciones de protección animal cuando denunciamos con la verdad por delante. Sin embargo, solo dos de las organizaciones animalistas y ecologistas de los cientos que existen en España nos han felicitado. No hemos tenido apoyo de nadie en los años que ha durado el proceso a pesar de ser una sentencia que beneficia a todos. Pero así son las asociaciones en España.
¿Creen que ha quedado claramente recogido en la sentencia el espíritu de unos y de otros?
Si, totalmente. Los jueces han sido claros en todas las sentencias sobre este caso. Sin embargo, nuestra pena es que los espectáculos circenses con delfines u orcas que son utilizados para diversión continúen. La sociedad tiene que despertar mucho aún para que llevar a sus hijos a ver animales cautivos o utilizados en exhibiciones comprendan que no es educación alguna ni tampoco diversión de ver a los animales sin cultura, aburridos y tristes.
¿Confiaban en este resultado?
Confiaba en ello plenamente en el momento que hemos ido siempre con la verdad, con una denuncia apoyados por un experto y con los pasos legales necesarios.
¿Qué ha supuesto para el equipo estos años?
Que no hemos podido emplear los pocos recursos disponibles por nuestros socios en proyectos y objetivos de nuestra asociación. Eso es una clara estrategia para silenciarnos. Pero nunca lo han hecho ni lo harán.
¿Ha habido alguna respuesta por parte del Zoo de Madrid?
Que no están de acuerdo con la sentencia y no sabemos nada más. Supongo que intentarán no dar mucha publicidad de ello para que pase desapercibido.
¿Qué relación tienen con las empresas que promueven la industria de la exhibición de animales?
Ninguna. Nuestra asociación está en contra de la cautividad de los grandes simios, de los grandes mamíferos y de espectáculos circenses con los mismos. Los zoos deben reconvertirse.
¿Las funciones de protección, conservación y educación que usan los zoos para justificar su existencia están cuantificadas?
De ninguna de las maneras. No puede existir educación cuando se tienen colecciones para exposición que se lo dan todo, por lo que pierden su esencia, su cultura y su dignidad. Se les ve a la mayoría aburridos o con problemas psicológicos que se aprecia en los movimientos repetitivos. No es ciencia ni cultura, mostrar a unos delfines que les obligan a realizar exhibiciones impropias de su especie y que para justificar esa “cultura”, muestran al público que son aletas dorsales o espiráculos por donde respiran. Para ello es mejor un delfín mecánico en movimiento o una holografía. La retención de individuos no compensa: es mutilar la libertad y su esencia como especie, además de fomentar el aburrimiento y la tristeza.
¿Los zoos reciben subvenciones, aportaciones de empresas para desgravar o como responsabilidad social corporativa?
Tienen apoyos de empresas e incluso de gobiernos autonómicos que ven en los zoos un recurso importante para atraer el turismo. Por ello, si nadie fuera a pasar un día “divertido” en un zoo, enseguida dejarían de existir, ya que sólo les prima el negocio.
¿Los zoos son deficitarios para las ciudades que los mantienen?
La mayoría son privados pero con grandes vínculos con las Autoridades de la zona porque atrae el turismo. Un ejemplo lo tenemos en el Zoo de Loto Parque de Tenerife en las Islas Canarias. Ir a Tenerife y no entrar en Loro Parque, es como ir a Madrid y no ver la Plaza del Sol.
El año 2023 fue muy incierto a nivel político, la Dirección General de Derechos de los Animales tiene nuevo titular. ¿Qué espera Proyecto Gran Simio de esta nueva etapa?
Principalmente que el Gobierno cumpla la Ley, ya que en la recién aprobada y puesta en vigor de la Ley de bienestar animal, en su disposición cuarta, dice claramente que: “En el plazo de tres meses a contar desde la entrada en vigor de la presente ley, el Gobierno deberá presentar un proyecto de ley de grandes simios”.
¿Cuáles son los grandes rasgos de la Ley que ustedes proponen?
Fin de los programas de reproducción en cautividad para los grandes simios, fin de los traslados forzosos por razones de reproductividad, todos ellos en la medida de lo posible deben de salir de los zoos a santuarios, fin de la reproductividad en cautividad, condiciones de recintos apropiados y que puedan tener lugares de intimidad voluntaria, prohibir su utilización en espectáculos públicos, anuncios, películas, etc. Hay muchas más propuestas para esta Ley, pero estas serían las principales.
«Somos el primer país en el que el gobierno tiene la obligación de legislar una Ley de grandes simios»
¿Hay antecedentes de una ley de Grandes Simios en Europa?
No existen antecedentes. Somos el primer país pionero en el que el gobierno tiene la obligación de legislar una Ley de grandes simios. Naciones Unidas y ahora desde la UNESCO, debido a la situación en peligro en la que se encuentran las poblaciones de grandes simios y del dramático llamamiento de su Directora General Audrey Azoulay en la que recientemente ha declarado que sus poblaciones se encuentran en peligro y que “La protección de estos primos del ser humano, del que apenas nos separa un 2% del ADN, es una responsabilidad colectiva”, la defensa de sus derechos básicos debe ser tenida en cuenta por todos los países y España sería un ejemplo a seguir. No podemos perder esta oportunidad.
En Colombia y Argentina, ya se están planteando formular la ley tras el borrador que les hemos enviado. España no debe quedar atrás y debe ser la primera en establecer esta Ley como ejemplo y avance de nuestra sociedad en el respeto de los seres sintientes. No es cuestión de política, sino de dignidad. No es de ahora, sino un planteamiento ya puesto sobre la mesa del Congreso en 2006 y 2008.
Hemos presentado ya a Naciones Unidas y a la UNESCO, un borrador para una declaración de los derechos básicos de los homínidos no humanos.
¿Qué pasaría si el gobierno no cumple su compromiso?
Entiendo que el gobierno al haber aprobado en la Ley de bienestar animal la disposición adicional cuarta sobre la Ley de grandes simios en la que le obliga a él mismo a presentar un proyecto ley de grandes simios y el haber pasado por el Congreso y el Senado sin ninguna modificación, está de acuerdo en su elaboración, por lo que es impensable que no lo haga.
¿A quién puede interesar la no aprobación de la Ley?
Sin lugar a dudas al gran negocio de los zoos. También a la oposición que siempre buscan cualquier pretexto para dirigir críticas y atacar al gobierno por cualquier presentación de leyes y a todo el bloque de la derecha en general. Pero hay que recordar que en 2008 se aprobó una Proposición No de Ley (PNL) entre todos los partidos para que se legislara la ley de grandes simios, pero el Presidente Zapatero no quiso llevarla a cabo, ya que una PNL el Presidente no tiene obligación de cumplirla. Sin embargo, fue apoyada por el grupo socialista. Ahora es distinto, por ley tienen la obligación de presentarla.