Fue criado por humanos desde el principio de su vida y llegó al Santuario en el año 2000, cuando apenas tenía unos meses. Es el hermano mayor de Cláudio y viven juntos desde pequeños. También es hermano de Vitor y Mônica, pero no los conoce, ya que fueron vendidos al circo cuando nacieron y recién llegaron al Santuario después de muchos años de trabajo y sufrimiento en el circo. A Carlos le gusta jugar con los carros y suele guardar sus juguetes favoritos en la cama. Es muy valiente y sociable, especialmente con las hembras. Es muy juguetón y le gusta hacer muecas cuando se mira en el espejo.